Damian es malabarista. Cuando puede
trabaja para el circo, cuando no, trabaja en la esquina de la avenida
de las Cortes Valencianas. A veces le aplauden y le alaban, otras le
dicen que se busque un trabajo.
jueves, 22 de septiembre de 2016
El triángulo de las Bermudas
En el triángulo de las Bermudas, viven unos seres. Dicen los escritos, que hace millones de años decidieron vivir bajo el agua, porque los que vivían en la tierra llegaron a dejar de respetarse unos a otros, llegando a matar por poseer un espacio de tierra.
Desde que comenzaron a vivir allí abajo, estudiaron la manera de fabricar una máquina que consiguiera cambiar las cosas, y finalmente, consiguieron fabricarla. Esta, conseguiría “resetear” el planeta para hacer que empezara de cero. El hielo de los polos se derretirían, los árboles y animales se ahogarían, y el agua ocuparía todo el planeta azul, evitando así que ellos cayeran a su vez.
Cuenta la leyenda que ya han utilizado esa máquina unas cuantas veces.
jueves, 15 de septiembre de 2016
Fotografías de guerra
Cuando ese ojo comenzó a captar
imágenes, sintió la emoción de un niño. La cámara eran sus ojos,
y se iluminaban con cada nueva imagen. Intentaba cambiar su mundo con
las palabras de sus fotos, o crear sus fotos con las palabras del
mundo.
El día en el que Sebastião Salgado
conoció la mirada de la agonía, ese niño volvió a aparecer con
lágrimas en sus mejillas.
La imagen de la vida, cobra un sentido
diferente al verle la cara a la muerte.
miércoles, 20 de julio de 2016
Pedaleando en bicicleta
Iba pedaleando en mi
bicicleta, y por suerte, di con el lugar perfecto para aparcarla. Era
una plaza grande con edificios emblemáticos, muchas personas
paseaban alrededor y habían varias bicis aparcadas.
Tras haber hecho los
recados, fui a coger mi bici de nuevo pero ya no estaba. Me quedé
mirando a todas partes intentando buscar al culpable, cuando un viejo
vino hacia mí y me dijo:
-Yo he visto al que
lo hizo.
-¿Y por qué no ha
hecho nada?-le dije.
-Nadie ha hecho nada
tampoco.
miércoles, 13 de julio de 2016
miércoles, 6 de julio de 2016
El paraíso de los sueños
A veces, los sueños
se ponen en cola para poder aparecer en el mundo real, en las mentes
hacen estragos y en los pensamientos dejan sus semillas.
Otras veces, dejan
una sensación de falta de amor o de tristeza, y algunas otras, hacen
volver a querer cerrar los ojos, y retornar al mundo de los sueños.
Pero los sueños solo tienen una vida, una vez los has soñado, se
van al paraíso de los sueños.
jueves, 30 de junio de 2016
Carta de despedida
Te veo tan cerca...
No puedo evitar recordar esos momentos en los que me cubrías del
frío, esas situaciones en las que me secabas el sudor.
Te pido perdón, sí,
por acabar lanzándote y dejándote de lado con desprecio, por estar
con compañía.
Recuerdo el día, en
el que te curé las heridas para que pudieras seguir con tu vida...
Recuerdo el día, en
el que nos conocimos en aquella tienda de ropa...
Lo siento, pero
tengo que dejarte, aunque casi te pueda tocar y me cueste dejar de
mirarte...
Adiós, mi amado
calcetín...
miércoles, 22 de junio de 2016
Fronteras del mundo
Les han quitado los
remos y no pueden navegar. Los gobiernos se han quedado sin papel
para dar papeles. No hay excusas de amor si no tienes un bolsillo de
donde pagar.
Apple lleva años
saliendo con Pekín, Zara le va a pedir la mano a Bangladesh.
Ya llevan varios
años en situación de pareja irregular, y a día de hoy, la relación
sigue su curso.
miércoles, 8 de junio de 2016
Daños colaterales II
En algún rincón
del mundo... Dos personas mantienen una conversación...
-¡Hey tío! ¿Cómo
estas? ¿Cómo está tu madre?
-Bien, ahí va, un
poquito mal.
-Por cierto,
¿Hablaste con tu colega? ¿Le dijiste lo que te comenté?
-Si, le dije que
esta vez nos aplicara el descuento por lo del primer pedido de
Madrid. Que se llevara a unos cuantos, pero esta vez sin “mensajitos
indirectos”, a la cara.
-¡Guay!
Mientras tanto en
una discoteca en París...
-¡Eh tío! Pinta
otra que me estoy durmiendo un poco.
-Vale va, ¿Has
visto la tía que...? Espera, ¿Has oído eso?
-Si, ha sonado como
un disparo...
miércoles, 1 de junio de 2016
Hasta la vista
Mientras estaba en
mi casa, escuché un pequeño ruido abajo en el sótano, y pensé que
quizá la lavadora se había atascado, por lo que bajé a ver que
estaba pasando. Tras un rato mirando lo que le ocurría, observé que
se había parado, al parecer se había fundido un fusible o algo por
el estilo. Subí al primer piso, e intenté llamar al técnico por
teléfono para que le echara un vistazo, pero no daba señal el
teléfono. No le di importancia, el tiempo apremiaba y tenía que
irme a trabajar.
Tras asearme salí a
la calle para conducir hasta el trabajo y percibí una cierta
tranquilidad en la carretera, por un momento pensé que quizá era
domingo y me había vuelto loco, pero no, era martes, así que seguí
hasta mi trabajo.
Cuando llegué no
había nadie en recepción, entonces ya me empecé a mosquear, algo
estaba pasando. Me acerqué y pude ver una nota en la mesa que decía:
Nos hemos ido
todos, te quedas solo en casa.
jueves, 26 de mayo de 2016
Tiempo de felicidad
Se encontraba frente
a él o ella, un pájaro con cuerpo de humano y una oscura mirada que
creaba cierta tranquilidad y preocupación al mismo tiempo. Al
instante, el pájaro dirigió su mirada hacia él y le dijo:
-Puedo darte lo que
quieras, lo único que me tienes que dar a cambio, es tu tiempo.
¿Cuál es el mayor de tus deseos?
A lo que él le
contestó:
-Ser feliz,
cambiaría todo por ser el más feliz del mundo.
El ser dio un
chasquido con sus dedos y dijo:
-Ya está, puedes
seguir tu camino.
A los tres días, su
vida comenzó a perder el sentido, la bajada hacia la tristeza había
comenzado mientras sus dosis de felicidad se iban desvaneciendo. La
otra cara de la moneda se estaba dejando ver, y ahora se encontraba
arriba, en aquel puente, intentando pagar su deuda, y justificar el
punto final de su historia.
miércoles, 18 de mayo de 2016
Conversaciones íntimas
-Te he observado
durante estos últimos dos años. Sí sí, tú. ¿Has hecho algo
especial en ese tiempo? No has hecho más que trabajar y trabajar y,
¿Qué has conseguido?
-No me queda otra
opción, tengo que mante...
-¡Tonterías!
-Interrumpió.
-Bueno eso depende
de como lo veas.
-Hay demasiadas
personas en el mundo, ¿Sabes que si no hubieran tantas personas en
el mundo tu no tendrías que trabajar limpiando la calle y podrías
hacer las cosas que te gustan?
-Ahí tienes algo de
razón.
-No es tan
complicado tan solo tienes que hacer unas cuantas cosas.
-¿Cuales?
-¿Recuerdas esas
personas que siempre sueles tener cerca?
-¿Mi familia?
-Sí, ellos no te
dejan hacer lo que realmente quieres, van a estar durante toda tu
vida intentando convencerte de hacer lo que ellos quieren para ti,
pero pensando siempre en ellos mismos. Piénsalo, son un estorbo. Si,
sin duda ellos tienen que ser los primeros en caer.
-¿Cariño te
encuentras bien? Te he hecho una pregunta.
-Sí, disculpa,
estaba un poco distraído.
miércoles, 11 de mayo de 2016
Un folio en blanco
Se queda tumbado,
sin vida aparente, esperando a ser escrito por algo o alguien. Cuando
le reciben, se apoyan sobre él y es ahí cuando llega su momento,
ese que ha estado esperando durante mucho tiempo, el de recibir esas
pinceladas de tinta. Entonces se plantea, si lo estará haciendo
bien, si estará recibiendo bien a su mentor.
En ese momento,
siente como le retuercen uniendo todas sus extremidades. Al parecer
no ha hecho bien su trabajo y acaba en un cubo, en la compañía de
otras criaturas de su misma especie.
Mientras tanto, la
única esperanza que le queda, será que le den por fin una muerte
feliz, y que vuelva a ser reencarnado en otro folio. Esperando un
día, llegar a ser el elegido, y vivir durante siglos, transmitiendo
una pequeña parte, de un mensaje especial.
miércoles, 4 de mayo de 2016
Desvaríos de la edad
Mi cabeza me dice
unas cosas y mi corazón las contradice. Recuerdo a mi madre, levanto
la mirada, e intento decirle que el arroz al horno ya casi estará
listo, que tengo mucha hambre. En su lugar, aparece otra persona
desconocida que limpia mis partes, mientras me habla con dulzura y me
llama Papá.
Me duelen las
piernas y se me resienten las rodillas, ¿Será de la carrera que
corrí hace dos semanas? Me la jugué mucho corriendo descalzo esa
media maratón.
¿Dónde está mi
Elise? Se fue enfadada porque no quería venir a comer con mis
padres. Quiero que hagamos las paces, me apetece hacer el amor con
ella.
¿Qué está
pasando? Mi reloj estaba aquí hace un momento, seguro que este tipo
me lo ha robado mientras me limpiaba mis partes.
miércoles, 27 de abril de 2016
Jornada laboral
Ya va por el tercer
divorcio y debe pagar una pensión a cada esposa. Ha tenido cuatro
hijos: dos del primer matrimonio, uno del segundo, y otro hijo, de su
último compromiso, que se fue al otro barrio hace tres meses, gracias
a la leucemia.
Cada mañana se
levanta, llega a su trabajo y suda hasta la última gota antes de
rendirse y abandonar, llega a casa pasadas las nueve de la noche, y
se sienta en el sofá de su salón.
Solo, piensa en la
forma más sencilla de quitarse la vida. Se plantea cortarse las
venas con un cuchillo de la cocina, pero para, y se da cuenta de que
eso le dolería mucho y es probable que no muriera a la primera.
Continúa pensando, y se le ocurre la brillante idea de lanzarse
desde el tercer piso de su casa, pero vuelve a caer en la cuenta, de
que quizá sufriría una lesión sin llegar a morir. Sigue
discurriendo y llega a la fabulosa idea de tomar un bote entero de
pastillas, y así morir de sobredosis al instante. Percibe un sonido
que le despierta con un sobresalto. Ya es por la mañana. Hoy es
martes.
miércoles, 20 de abril de 2016
El gran tesoro
Y ella se encontraba allí, asombrada
frente a esa montaña de escombros, una hormiga frente a un gran
montón de oro en forma de restos, cual perro frente a un manjar de
pollo al horno. Cargarlo, le serviría para hacer sonreír a la
reina, y así, conseguir el título de condesa.
Intentó agarrarlo de mil maneras,
resultando inútil.
Le tomó un tiempo meditar sobre si
debía coger todo poco a poco, o recurrir a las demás buscando
ayuda, y compartir el mérito con ellas.
Para cuando se decidió y volvió con
las demás al lugar del botín, dos pájaros se estaban llevando los
escombros y no quedaba nada.
En la posterior entrevista con la
reina, ésta le dijo mientras le degollaba:
-No has entendido nada.
miércoles, 13 de abril de 2016
Encontrando el límite
Marta por fin va a cumplir su sueño.
Desde pequeña siempre le ha gustado la montaña y el deporte.
Durante años, ha escalado grandes picos y su motivación no ha
cesado. Ahora, ha llegado el momento de escalar la reina de las
montañas, el Everest. Siempre ha soñado con conseguir escalarlo,
llegar al pico más alto, y desde ahí, poder tocar el techo del
cielo y chocarle la mano a San Pedro.
Marta va acompañada con Marcos y
Rodrigo, tan dedicados como ella a la escalada.
Conforme se dirigen a la cima del
monte, el frío se hace más notable, y el oxígeno escasea cada vez
más y más, pero a ella eso no le va a amedrentar, este es su último
reto. Si lo consigue podrá morir en paz.
A 300 metros de la cima, la nieve
comienza a ser más dura, haciendo más difícil poder subir. Marta
no titubea, y vuelve a motivarse diciéndose a sí misma —¡Tu
puedes! ¡Has llegado hasta aquí! No puedes echarte atrás—
recordando esos discursos que hablan de la motivación de logro, de
que no existe el límite.
A los 280 metros de la cima, Marta
coloca su bota en un resquicio y resbala, sufre una pequeña caída,
cayendo sobre una pequeña roca. No puede moverse. Sus dos compañeros
van a recogerla y tras un duro rescate en helicóptero, Marta va al
hospital. Horas después, los resultados indican que se ha fracturado
la 3ª y 4ª vértebra lumbar. Nunca más tendrá la oportunidad, de
chocarle la mano a San Pedro.
miércoles, 6 de abril de 2016
La llamada de la vida
Marta vive a las afueras de París desde
hace unos cinco años. No le falta de nada, aunque sueña con un día
poder viajar más allá, y poder recorrer caminos sin mirar atrás.
La llamada de la vida ha tocado a su
puerta y en pocas horas será madre, la presión en sus mamas es una
prueba de ello.
A la mañana siguiente, rompe aguas, y tras unas entretenidas contracciones, aparece su hija, nacida de parto natural.
A Marta le cambia la cara cuando se da
cuenta de que en cuestión de poco tiempo, un hombre se lleva a su
hija y le coloca en una máquina en la que permanece inmóvil.
Acto seguido, este hombre, acaricia el
cuello de su hija con un utensilio afilado, y con mucho cuidado de no
terminar con su vida, trata de que no quede nada de líquido en el
interior.
A continuación, sin titubear, le pone
silencio al sonido de su voz.
Mientras tanto otra persona, se encarga
de aliviar el sollozo de Marta, reduciendo la presión de sus mamas
gracias a una máquina en la que aparece un nombre, La Granja Feliz
S.L.
jueves, 31 de marzo de 2016
Sin rumbo fijo
Camina, camina, y no para de caminar, a
veces Fátima para a pensar en su madre y en sus hermanos, pero su
padre le recuerda con sus lágrimas que eso es parte del pasado.
Los
rumores dicen que hay un lugar en el que la esperanza se hace
tangible, y el olor a pan recién horneado no solo aparece en los
sueños.
Divagando por tierra de lobos, cada pisada en el suelo se
convierte en un paso más lejos de su hogar y un paso más hacia la
muerte.
El agua se enfada y ya no sacia gargantas, ahora se lleva
vidas para arrastrar las muertes a la orilla.
Con suerte si la muerte
no le escoge, barrigas con bigote y puros le robarán la esencia de
la vida, haciéndole pensar, que quizá el mar habría sido la mejor
salida.
miércoles, 23 de marzo de 2016
La Moraleja
Por fin he conocido a Alika. Siempre me
había fijado en ella cuando pasaba cerca de su casa, ella me miraba
y yo me quedaba mirando, pero nunca había reunido el valor para
poder ir a hablarle, su mirada me producía cierta tranquilidad y
cierto miedo a la vez. Hasta que un día me digné a hablarle.
Me miró y comenzamos a hablar como si
nos conociéramos de toda la vida.
—Hola, siempre te veo aquí sentada
y...
—Ya, yo también me he fijado en ti —Interrumpió ella—. Me encantaría aceptar esa cena, ven a mi casa
esta noche a las 9.
Simplemente le sonreí, no hacía falta
pronunciar más palabras, y con las manos temblando y sudorosas
todavía, volví a casa para arreglarme.
Cuando llegué a su casa para cenar,
encontré a Alika tumbada en el suelo, no respiraba.
Estando todavía asombrado por lo que
estaba viendo, noté que al lado de ella había una hoja de papel y
había algo escrito:
El ébola no me ha dado tregua.
Nos vemos en otra vida, cuando tenga un mercedes en la puerta, un
vestidor en mi habitación y un chalé en La Moraleja.
jueves, 17 de marzo de 2016
¡Pasta, pasta!
Mi papá siempre llega pronto a casa,
mi papá siempre conduce coches muy bonitos, mi papá siempre me
compra juguetes muy chulos, mi papá siempre está viajando, mi papá
sale mucho en la tele, mi papá discute mucho con muchas personas, mi
papá regala cosas bonitas a mi mamá, mi papá conoce a gente
importante, mi papá lleva un reloj nuevo cada día.
Muy bien Juan, pero ¿Qué quieres ser
de mayor?
De mayor quiero ser caco.
viernes, 11 de marzo de 2016
Daños colaterales
Oye tío, ¿Por qué no llamas a un
colega tuyo para que haga un "trabajito"?, esto se me está yendo de
las manos y no puede ser, dile que ponga unas cuantas pero que no se
pase que sino, con lo que le gusta al muy cabrón se lleva a media
ciudad.
¡Ah! Y dile que la siguiente que me haga un dos por uno, mete presión.
Échale las culpas a los de
siempre, no lo olvides.
Unos días más tarde en otro lugar...
-Hey Carmen, ¡Cuánto tiempo!
-¡Hola Sofía!
-¿Cómo te va la vida?¿Qué haces
aquí?
-Voy a coger un tren para ir a ver a mi
padre. ¿Y tú qué tal?
-Muy bien, me voy a mi pueblo a ver a
mi fam... ¡¿Qué ha sido eso?!
-Creo que venía de atrás de ese
vagón.
jueves, 10 de marzo de 2016
Te invito a una coca-cola
Le pregunté qué hacía en ese lugar.
Tras charlar un rato le invité a una bebida y la aceptó. Estuvimos
hablando durante horas que parecieron segundos hasta que se hicieron las 9 de la
noche y se tuvo que marchar a casa.
A la mañana siguiente me había
escrito un mensaje en el que me decía que le había encantado haber pasado
ese tiempo hablando conmigo, que si quería volver a quedar para ir a
la playa.
Sentí una ilusión dentro de mi... cada vez que estábamos juntos me sentía más fuerte y más feliz, capaz de realizar cualquier cosa.
Sentí una ilusión dentro de mi... cada vez que estábamos juntos me sentía más fuerte y más feliz, capaz de realizar cualquier cosa.
En un suspiro, pasaron dos años y me
dijo que quería que conociera a su familia. Yo accedí con placer.
Al cabo de una semana la intranquilidad
se abrió paso en mí, no me dirigía la palabra. Cuando por un segundo conseguí quitármelo de la cabeza, tocaron a la puerta.
La abrí con emoción, con la esperanza de
que vería por fin su cara. En lugar de ver su rostro, era un hombre
mayor acompañado de otro más joven, querían que les acompañara.
Me dijeron: ¿Sabes que tiene 13 años?
Vieja asquerosa...
Vieja asquerosa...
Ya no puedo ir a la playa...
Ya no puedo oír el sonido del mar...
Ya no puedo oír el sonido del mar...
viernes, 4 de marzo de 2016
Concierto para piano
El 20 de abril de 2018 tuvo lugar un
acontecimiento único, tres especies de pájaros, el jilguero, el
pinzón y la oropéndola, decidieron abandonar todos sus planes y
reunirse en un pueblecito cerca de Oviedo para realizar su canto de
apareamiento, el cambio climático había hecho mella en sus rutas de
viaje.
La melodía que crearon fue única. Ni
el mayor detractor del cuarto arte, ni la persona más entristecida del
mundo podría dejar de apreciarla.
Nadie escuchó este sonido. Los
auriculares habían dominado el mundo y tenían a los móviles como
aliados.
martes, 1 de marzo de 2016
El Jardín Verdoyant
Suena el despertador y me despierto de
un sueño, parecía una pesadilla pero no entiendo porqué, no me
sentía incómodo cuando estaba en ella.
Miro hacia la ventana de mi habitación
y prácticamente ya es de día.
Como siempre, tengo que ir con prisas y
apresurarme para llegar a tiempo a clase, además hoy tenemos una
excursión, vamos a visitar un colegio, la profesora se ha empeñado
en que veamos una escuela en la que todavía educan a los niños “con
mano dura”.
Tras las prisas y con el corazón
latiendo en mi garganta, llego a clase y me siento en mi sitio.
Apenas apoyar mi culo en la silla, la profesora me dice que nos vamos
y que tenemos que correr hasta la parada del autobús.
Tomamos el autobús y a punto de llegar a nuestro destino, un cartel un poco oxidado indica que
girando a la derecha se llega al colegio privado de Jardín
Verdoyant. El autobús para ahí mismo y el conductor con un
tono firme nos dice que es la última parada.
Hay matorrales alrededor de la pequeña
carretera de gravilla, una casita a punto de perder su última teja y
los restos de lo que antes podía haber sido un columpio. Más allá,
a lo lejos, se puede ver el colegio, grande, pero con un aspecto
tétrico, se pueden observar las pequeñas ventanas de apenas veinte
centímetros de alto y un metro de ancho, suficiente para permitir
que entre la luz pero creando cierto sentimiento de agobio.
Nos dirigimos hacia el colegio y al
llegar a la entrada, vemos una puerta de madera carcomida y
maltratada por el paso de los años pero nadie alrededor, ni siquiera
se escucha el grito de algún niño que no quiere atender en clase o
el bote de una pelota de fútbol al chocar contra el suelo.
Tocamos la puerta y sin mucho esfuerzo,
la puerta se abre sin generar resistencia.
Nada más entramos en el colegio nos
ponemos a buscar a alguien que nos pudiera atender.
La profesora, mis cuatro compañeros y
yo nos dirigimos hacia lo que parecen unas escaleras que llegan a
una primera altura, dónde parecen encontrarse las aulas.
Conforme vamos subiendo escuchamos
algunos ruidos, y las paredes, con unas delgadas estructuras de metal
en cada esquina comienzan a parecer estar más y más oxidadas, las
paredes, más y más verdes. Mientras vamos subiendo podemos
escuchar mejor ese sonido, suena como gente gritando.
Seguimos el ruido hasta llegar a un
pasillo que aparece tras subir las escaleras y entramos en una sala
enormemente alta, preguntándome cómo una sala tan grande puede
estar dentro de un pequeño edificio. Mientras me viene esto a la
mente creo ver un gran grupo de personas gritando.
Ahora veo una ventana, y tras ella puedo ver una casa más allá de los matorrales secos.
De repente suena el despertador y me
despierto de un sueño...
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