Mientras estaba en
mi casa, escuché un pequeño ruido abajo en el sótano, y pensé que
quizá la lavadora se había atascado, por lo que bajé a ver que
estaba pasando. Tras un rato mirando lo que le ocurría, observé que
se había parado, al parecer se había fundido un fusible o algo por
el estilo. Subí al primer piso, e intenté llamar al técnico por
teléfono para que le echara un vistazo, pero no daba señal el
teléfono. No le di importancia, el tiempo apremiaba y tenía que
irme a trabajar.
Tras asearme salí a
la calle para conducir hasta el trabajo y percibí una cierta
tranquilidad en la carretera, por un momento pensé que quizá era
domingo y me había vuelto loco, pero no, era martes, así que seguí
hasta mi trabajo.
Cuando llegué no
había nadie en recepción, entonces ya me empecé a mosquear, algo
estaba pasando. Me acerqué y pude ver una nota en la mesa que decía:
Nos hemos ido
todos, te quedas solo en casa.
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