Camina, camina, y no para de caminar, a
veces Fátima para a pensar en su madre y en sus hermanos, pero su
padre le recuerda con sus lágrimas que eso es parte del pasado.
Los
rumores dicen que hay un lugar en el que la esperanza se hace
tangible, y el olor a pan recién horneado no solo aparece en los
sueños.
Divagando por tierra de lobos, cada pisada en el suelo se
convierte en un paso más lejos de su hogar y un paso más hacia la
muerte.
El agua se enfada y ya no sacia gargantas, ahora se lleva
vidas para arrastrar las muertes a la orilla.
Con suerte si la muerte
no le escoge, barrigas con bigote y puros le robarán la esencia de
la vida, haciéndole pensar, que quizá el mar habría sido la mejor
salida.
Escritos como este tienen su mejor salida:siendo testimonio, no importa si la ficción se entremezcla con la realidad. Saludos.
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Gracias por la aportación Guillermo
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