jueves, 31 de marzo de 2016

Sin rumbo fijo

Playa SiriaCamina, camina, y no para de caminar, a veces Fátima para a pensar en su madre y en sus hermanos, pero su padre le recuerda con sus lágrimas que eso es parte del pasado.
Los rumores dicen que hay un lugar en el que la esperanza se hace tangible, y el olor a pan recién horneado no solo aparece en los sueños.
Divagando por tierra de lobos, cada pisada en el suelo se convierte en un paso más lejos de su hogar y un paso más hacia la muerte. 
El agua se enfada y ya no sacia gargantas, ahora se lleva vidas para arrastrar las muertes a la orilla.
Con suerte si la muerte no le escoge, barrigas con bigote y puros le robarán la esencia de la vida, haciéndole pensar, que quizá el mar habría sido la mejor salida.

miércoles, 23 de marzo de 2016

La Moraleja


Por fin he conocido a Alika. Siempre me había fijado en ella cuando pasaba cerca de su casa, ella me miraba y yo me quedaba mirando, pero nunca había reunido el valor para poder ir a hablarle, su mirada me producía cierta tranquilidad y cierto miedo a la vez. Hasta que un día me digné a hablarle.
Me miró y comenzamos a hablar como si nos conociéramos de toda la vida.

—Hola, siempre te veo aquí sentada y...

—Ya, yo también me he fijado en ti —Interrumpió ella—. Me encantaría aceptar esa cena, ven a mi casa esta noche a las 9.

Simplemente le sonreí, no hacía falta pronunciar más palabras, y con las manos temblando y sudorosas todavía, volví a casa para arreglarme.

Cuando llegué a su casa para cenar, encontré a Alika tumbada en el suelo, no respiraba.

Estando todavía asombrado por lo que estaba viendo, noté que al lado de ella había una hoja de papel y había algo escrito:

El ébola no me ha dado tregua. Nos vemos en otra vida, cuando tenga un mercedes en la puerta, un vestidor en mi habitación y un chalé en La Moraleja.

Hospital urgencias


jueves, 17 de marzo de 2016

¡Pasta, pasta!

Pasta

Mi papá siempre llega pronto a casa, mi papá siempre conduce coches muy bonitos, mi papá siempre me compra juguetes muy chulos, mi papá siempre está viajando, mi papá sale mucho en la tele, mi papá discute mucho con muchas personas, mi papá regala cosas bonitas a mi mamá, mi papá conoce a gente importante, mi papá lleva un reloj nuevo cada día.

Muy bien Juan, pero ¿Qué quieres ser de mayor?

De mayor quiero ser caco.

viernes, 11 de marzo de 2016

Daños colaterales

Oye tío, ¿Por qué no llamas a un colega tuyo para que haga un "trabajito"?, esto se me está yendo de las manos y no puede ser, dile que ponga unas cuantas pero que no se pase que sino, con lo que le gusta al muy cabrón se lleva a media ciudad.
¡Ah! Y dile que la siguiente que me haga un dos por uno, mete presión.
Échale las culpas a los de siempre, no lo olvides.


Unos días más tarde en otro lugar...

-Hey Carmen, ¡Cuánto tiempo!

-¡Hola Sofía!

-¿Cómo te va la vida?¿Qué haces aquí?

-Voy a coger un tren para ir a ver a mi padre. ¿Y tú qué tal?

-Muy bien, me voy a mi pueblo a ver a mi fam... ¡¿Qué ha sido eso?!

-Creo que venía de atrás de ese vagón.

Atentado metro

jueves, 10 de marzo de 2016

Te invito a una coca-cola

Le pregunté qué hacía en ese lugar. Tras charlar un rato le invité a una bebida y la aceptó. Estuvimos hablando durante horas que parecieron segundos hasta que se hicieron las 9 de la noche y se tuvo que marchar a casa.

A la mañana siguiente me había escrito un mensaje en el que me decía que le había encantado haber pasado ese tiempo hablando conmigo, que si quería volver a quedar para ir a la playa.

Sentí una ilusión dentro de mi... cada vez que estábamos juntos me sentía más fuerte y más feliz, capaz de realizar cualquier cosa.

En un suspiro, pasaron dos años y me dijo que quería que conociera a su familia. Yo accedí con placer.

Al cabo de una semana la intranquilidad se abrió paso en mí, no me dirigía la palabra. Cuando por un segundo conseguí quitármelo de la cabeza, tocaron a la puerta.

La abrí con emoción, con la esperanza de que vería por fin su cara. En lugar de ver su rostro, era un hombre mayor acompañado de otro más joven, querían que les acompañara.
Playa Patacona

Me dijeron: ¿Sabes que tiene 13 años?
Vieja asquerosa...

Ya no puedo ir a la playa...
Ya no puedo oír el sonido del mar...

viernes, 4 de marzo de 2016

Concierto para piano

El 20 de abril de 2018 tuvo lugar un acontecimiento único, tres especies de pájaros, el jilguero, el pinzón y la oropéndola, decidieron abandonar todos sus planes y reunirse en un pueblecito cerca de Oviedo para realizar su canto de apareamiento, el cambio climático había hecho mella en sus rutas de viaje.

La melodía que crearon fue única. Ni el mayor detractor del cuarto arte, ni la persona más entristecida del mundo podría dejar de apreciarla.

Nadie escuchó este sonido. Los auriculares habían dominado el mundo y tenían a los móviles como aliados.
Muerte

martes, 1 de marzo de 2016

El Jardín Verdoyant

Suena el despertador y me despierto de un sueño, parecía una pesadilla pero no entiendo porqué, no me sentía incómodo cuando estaba en ella.

Miro hacia la ventana de mi habitación y prácticamente ya es de día.
Como siempre, tengo que ir con prisas y apresurarme para llegar a tiempo a clase, además hoy tenemos una excursión, vamos a visitar un colegio, la profesora se ha empeñado en que veamos una escuela en la que todavía educan a los niños “con mano dura”.

Tras las prisas y con el corazón latiendo en mi garganta, llego a clase y me siento en mi sitio. Apenas apoyar mi culo en la silla, la profesora me dice que nos vamos y que tenemos que correr hasta la parada del autobús.

Tomamos el autobús y a punto de llegar a nuestro destino, un cartel un poco oxidado indica que girando a la derecha se llega al colegio privado de Jardín Verdoyant. El autobús para ahí mismo y el conductor con un tono firme nos dice que es la última parada.

Hay matorrales alrededor de la pequeña carretera de gravilla, una casita a punto de perder su última teja y los restos de lo que antes podía haber sido un columpio. Más allá, a lo lejos, se puede ver el colegio, grande, pero con un aspecto tétrico, se pueden observar las pequeñas ventanas de apenas veinte centímetros de alto y un metro de ancho, suficiente para permitir que entre la luz pero creando cierto sentimiento de agobio.
Sueño extraño

Nos dirigimos hacia el colegio y al llegar a la entrada, vemos una puerta de madera carcomida y maltratada por el paso de los años pero nadie alrededor, ni siquiera se escucha el grito de algún niño que no quiere atender en clase o el bote de una pelota de fútbol al chocar contra el suelo.
Tocamos la puerta y sin mucho esfuerzo, la puerta se abre sin generar resistencia.
Nada más entramos en el colegio nos ponemos a buscar a alguien que nos pudiera atender.
La profesora, mis cuatro compañeros y yo nos dirigimos hacia lo que parecen unas escaleras que llegan a una primera altura, dónde parecen encontrarse las aulas.

Conforme vamos subiendo escuchamos algunos ruidos, y las paredes, con unas delgadas estructuras de metal en cada esquina comienzan a parecer estar más y más oxidadas, las paredes, más y más verdes. Mientras vamos subiendo podemos escuchar mejor ese sonido, suena como gente gritando.

Seguimos el ruido hasta llegar a un pasillo que aparece tras subir las escaleras y entramos en una sala enormemente alta, preguntándome cómo una sala tan grande puede estar dentro de un pequeño edificio. Mientras me viene esto a la mente creo ver un gran grupo de personas gritando.

Ahora veo una ventana, y tras ella puedo ver una casa más allá de los matorrales secos.

De repente suena el despertador y me despierto de un sueño...