miércoles, 27 de abril de 2016

Jornada laboral



microrrelato jornada laboralYa va por el tercer divorcio y debe pagar una pensión a cada esposa. Ha tenido cuatro hijos: dos del primer matrimonio, uno del segundo, y otro hijo, de su último compromiso, que se fue al otro barrio hace tres meses, gracias a la leucemia.

Cada mañana se levanta, llega a su trabajo y suda hasta la última gota antes de rendirse y abandonar, llega a casa pasadas las nueve de la noche, y se sienta en el sofá de su salón.

Solo, piensa en la forma más sencilla de quitarse la vida. Se plantea cortarse las venas con un cuchillo de la cocina, pero para, y se da cuenta de que eso le dolería mucho y es probable que no muriera a la primera. Continúa pensando, y se le ocurre la brillante idea de lanzarse desde el tercer piso de su casa, pero vuelve a caer en la cuenta, de que quizá sufriría una lesión sin llegar a morir. Sigue discurriendo y llega a la fabulosa idea de tomar un bote entero de pastillas, y así morir de sobredosis al instante. Percibe un sonido que le despierta con un sobresalto. Ya es por la mañana. Hoy es martes.

miércoles, 20 de abril de 2016

El gran tesoro

relato

Y ella se encontraba allí, asombrada frente a esa montaña de escombros, una hormiga frente a un gran montón de oro en forma de restos, cual perro frente a un manjar de pollo al horno. Cargarlo, le serviría para hacer sonreír a la reina, y así, conseguir el título de condesa.

Intentó agarrarlo de mil maneras, resultando inútil.
Le tomó un tiempo meditar sobre si debía coger todo poco a poco, o recurrir a las demás buscando ayuda, y compartir el mérito con ellas.

Para cuando se decidió y volvió con las demás al lugar del botín, dos pájaros se estaban llevando los escombros y no quedaba nada.

En la posterior entrevista con la reina, ésta le dijo mientras le degollaba:

-No has entendido nada.

miércoles, 13 de abril de 2016

Encontrando el límite

Microrrelato Everest
Marta por fin va a cumplir su sueño. Desde pequeña siempre le ha gustado la montaña y el deporte. Durante años, ha escalado grandes picos y su motivación no ha cesado. Ahora, ha llegado el momento de escalar la reina de las montañas, el Everest. Siempre ha soñado con conseguir escalarlo, llegar al pico más alto, y desde ahí, poder tocar el techo del cielo y chocarle la mano a San Pedro.

Marta va acompañada con Marcos y Rodrigo, tan dedicados como ella a la escalada.
Conforme se dirigen a la cima del monte, el frío se hace más notable, y el oxígeno escasea cada vez más y más, pero a ella eso no le va a amedrentar, este es su último reto. Si lo consigue podrá morir en paz.

A 300 metros de la cima, la nieve comienza a ser más dura, haciendo más difícil poder subir. Marta no titubea, y vuelve a motivarse diciéndose a sí misma —¡Tu puedes! ¡Has llegado hasta aquí! No puedes echarte atrás— recordando esos discursos que hablan de la motivación de logro, de que no existe el límite.

A los 280 metros de la cima, Marta coloca su bota en un resquicio y resbala, sufre una pequeña caída, cayendo sobre una pequeña roca. No puede moverse. Sus dos compañeros van a recogerla y tras un duro rescate en helicóptero, Marta va al hospital. Horas después, los resultados indican que se ha fracturado la 3ª y 4ª vértebra lumbar. Nunca más tendrá la oportunidad, de chocarle la mano a San Pedro.


miércoles, 6 de abril de 2016

La llamada de la vida

Marta vive a las afueras de París desde hace unos cinco años. No le falta de nada, aunque sueña con un día poder viajar más allá, y poder recorrer caminos sin mirar atrás.

La llamada de la vida ha tocado a su puerta y en pocas horas será madre, la presión en sus mamas es una prueba de ello.
A la mañana siguiente, rompe aguas, y tras unas entretenidas contracciones, aparece su hija, nacida de parto natural.

A Marta le cambia la cara cuando se da cuenta de que en cuestión de poco tiempo, un hombre se lleva a su hija y le coloca en una máquina en la que permanece inmóvil.
Acto seguido, este hombre, acaricia el cuello de su hija con un utensilio afilado, y con mucho cuidado de no terminar con su vida, trata de que no quede nada de líquido en el interior.
A continuación, sin titubear, le pone silencio al sonido de su voz.

Mientras tanto otra persona, se encarga de aliviar el sollozo de Marta, reduciendo la presión de sus mamas gracias a una máquina en la que aparece un nombre, La Granja Feliz S.L.
La llamada de la vida