miércoles, 13 de abril de 2016

Encontrando el límite

Microrrelato Everest
Marta por fin va a cumplir su sueño. Desde pequeña siempre le ha gustado la montaña y el deporte. Durante años, ha escalado grandes picos y su motivación no ha cesado. Ahora, ha llegado el momento de escalar la reina de las montañas, el Everest. Siempre ha soñado con conseguir escalarlo, llegar al pico más alto, y desde ahí, poder tocar el techo del cielo y chocarle la mano a San Pedro.

Marta va acompañada con Marcos y Rodrigo, tan dedicados como ella a la escalada.
Conforme se dirigen a la cima del monte, el frío se hace más notable, y el oxígeno escasea cada vez más y más, pero a ella eso no le va a amedrentar, este es su último reto. Si lo consigue podrá morir en paz.

A 300 metros de la cima, la nieve comienza a ser más dura, haciendo más difícil poder subir. Marta no titubea, y vuelve a motivarse diciéndose a sí misma —¡Tu puedes! ¡Has llegado hasta aquí! No puedes echarte atrás— recordando esos discursos que hablan de la motivación de logro, de que no existe el límite.

A los 280 metros de la cima, Marta coloca su bota en un resquicio y resbala, sufre una pequeña caída, cayendo sobre una pequeña roca. No puede moverse. Sus dos compañeros van a recogerla y tras un duro rescate en helicóptero, Marta va al hospital. Horas después, los resultados indican que se ha fracturado la 3ª y 4ª vértebra lumbar. Nunca más tendrá la oportunidad, de chocarle la mano a San Pedro.


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