Iba pedaleando en mi
bicicleta, y por suerte, di con el lugar perfecto para aparcarla. Era
una plaza grande con edificios emblemáticos, muchas personas
paseaban alrededor y habían varias bicis aparcadas.
Tras haber hecho los
recados, fui a coger mi bici de nuevo pero ya no estaba. Me quedé
mirando a todas partes intentando buscar al culpable, cuando un viejo
vino hacia mí y me dijo:
-Yo he visto al que
lo hizo.
-¿Y por qué no ha
hecho nada?-le dije.
-Nadie ha hecho nada
tampoco.